En medio de una etapa de cambios explosivos en mi vida, un terapeuta me propuso el ejercicio del diálogo con mi miedo. Consistía en personificar al yo-miedo (el que se resistía al cambio) y al yo-amor (el que quería el cambio y salir adelante), haciendo un movimiento de posición según el personaje que tomara la palabra.
Sinceramente al inicio no me hacía mucho sentido; pero para mi gran y “muy grata” sorpresa, el ejercicio funcionó poderosamente, logrando amistarme con mi miedo y traspasar la barrera que me impedía avanzar.
Y lo cierto es que para cualquier movimiento que queramos hacer en nuestras vidas, el miedo va a aparecer: miedo al rechazo, miedo al fracaso, a no ser suficiente, a no ser capaz…y la lista pueda continuar.
Así que comencemos por reconocer y aceptar que el miedo tiene un rol muy importante en las etapas de cambio y crecimiento; de esta manera le estaremos restando esa energía de resistencia y negación, que para nada favorece a los cambios que buscamos.
Pues bien, lo lindo de vivir esas etapas “de caos”, perdón, “de cambios”, es que aprendemos tanto, pero tanto, que podemos compartir mucho con los demás.
Y aquí vamos:
- Identifica el miedo, desmenuza la situación que te está generando el miedo: es miedo a ser rechazada? A no quedar bien? A fracasar? A que no funcione como lo esperas?
- Ponle un nombre al miedo, un nombre que sea amigable y hasta divertido. Hazlo! Y usa tu imaginación: Mi roba sueños preferido, mi mal necesario, mi niño(a) lindo(a), etc. y cuando éste aparezca identifícalo con este nombre.
- Programa una reunión privada con él; así como me lo recetó mi terapeuta. Busca 2 sillas, una para ti, tu “yo verdadero” ( tu yo-amor), otra para él ( tu yo-miedo),
- Inicia el diálogo, cambiando de silla según quien sea el interlocutor. Preguntas sugeridas a tu yo-miedo:
- ¿Cuál es la razón por la que apareces en este momento de mi vida?
- ¿De qué estas tratando de protegerme?
- ¿Qué quieres de mí?
- ¿Qué es lo que buscas presentándote en mi vida?
- ¿Cuál es tu función ahora?
- ¿Qué otra forma puedes tomar para cuidarme y protegerme de aquello por lo que apareces en mi vida?
- ¿Cómo sería mi vida de acá a 3 años si continúo dejándote rienda suelta?
- ¿Hay forma de lograr lo que quiero si continúas dominando mi vida?
Recuerda referirte a él con mucho cariño y con el nombre que creaste.
- Escucha atenta a cada respuesta que tu yo-miedo te dará. Reflexiona y escribe tus conclusiones.
- Suelta, y cuando te digo esto, me refiero a renunciar al intento de vencer al miedo, controlarlo y/o eliminarlo; una vez escuches lo que tu miedo tiene que decirte, le entenderás mejor, harán las paces y se convertirá en tu aliado.
Si estás pasando por una etapa de cambio, donde el miedo te está boicoteando, pues intenta este ejercicio y cuéntame como te va.
Al reconocer que los miedos están para cumplir una función en nuestras vidas, nos ayudará a entenderlos y a amistarnos con ellos, hasta convertirlos en nuestros grandes aliados.